¿LOCURA O NO LOCURA ? ESA ES LA CUESTIÓN

A lo mejor todos hubiéramos llegado al punto de locura que llegó el Quijote. Este llegó por la obsesión de conseguir un sueño, ser un gran caballero. Todos cuando perseguimos una meta podemos llegar a perder la cordura, la noción del tiempo y de la realidad tal y como le pasó a él. Ya que nos introducimos en un mundo de fantasía, en una utopía por la cual daríamos lo que fuera porque se hiciera realidad.

El Quijote, tan sólo buscaba ser caballero y lo único que encontró fueron diferentes obstáculos, como por ejemplo, los molinos de viento, a los cuales les veía como furiosos gigantes a los que enfrentarse. La locura ó simplemente pasión la podemos apreciar cuando el hidalgo, Alonso Quijano, hace de una simple campesina llamada Aldonza Lorenzo, una bellísima y extraordinaria dama de nombre Dulcinea del Toboso. A esta nunca la podrá alcanzar, ya que ella no presta atención alguna al pobre loco. Ahora bien, él nunca se rinde ni pierde la esperanza de tenerla entre sus brazos tal y como haríamos todos si verdaderamente estuviésemos enamorados o ilusionados por compartir la vida junto a esa persona.

En esta gran historia rodeada de locura, El Quijote tenía como fieles compañeros a su escuálido caballo blanco llamado Rocinante y a su incondicional amigo y escudero Sancho Panza, al cual le hizo abandonar a su mujer y sus hijos para que le acompañara en sus chaladas aventuras. Todo a cambio de conseguir ser gobernador de alguna ínsula o reino tal y como le prometió su chiflado amo. Ahora bien, ¿Muchos de nosotros nos hubiéramos dejado llevar para ayudar a nuestro amigo? Seguramente sí, aunque supiéramos a ciencia cierta que su sueño no se iba cumplir, tal y como le sucedía a Sancho Panza, que conociendo los delirios de su lunático señor se sumergió en sus aventuras para no dejarle solo ante el peligro en la búsqueda de sus sueños.